Es innegable que a pesar del déficit fiscal de 5.9% del Producto Interno Bruto (PIB), que representa el endeudamiento público más alto desde 1988 y suma 1.9 billones de pesos, la economía nacional se está desacelerando con fuerza. El INEGI dio a conocer que, de acuerdo con las cifras oportunas, en el segundo trimestre de 2024 el PIB habría crecido apenas 1.1% a tasa anual, por lo que el crecimiento acumulado en el primer semestre del año es de apenas 1.5 por ciento.
Este crecimiento de 1.5% anual en el primer semestre es producto de que las actividades primarias (sector agropecuario) cayeron -0.9%, las actividades secundarias (industria) crecieron 1.0%, mientras que las actividades terciarias (comercio y servicios) se expandieron 2.0%.
Al ver estas cifras, la pregunta obligada es ¿Qué pasaría con el PIB si este año no tuviéramos ese gigantesco déficit fiscal? La respuesta es que probablemente estaríamos en una recesión, por lo que resulta evidente que el modelo de crecimiento económico basado en deuda, ha tenido un costo muy elevado para las finanzas públicas con resultados insuficientes.
Y pues en el tema de las finanzas del sector público, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) acaba de informar que al cierre del segundo trimestre de 2024, la medida más amplia de la deuda pública, conocida como Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), se ubicó en 16.030 billones de pesos y menciona que es un monto equivalente al 47.2% del PIB.
Revisemos dicha cifra. El INEGI no ha publicado el PIB nominal del segundo trimestre de 2024, pero si tomamos como referencia que el PIB nominal fue de 31.572 billones de pesos en el segundo trimestre de 2023 y asumimos un deflactor del PIB de 4.7% más un crecimiento del PIB real de 1.5%, pues podemos asumir que el PIB nominal del segundo trimestre de este año debe ser de aproximadamente 33.55 billones de pesos. Eso significa que el SHRFSP representa el 47.8% del PIB, dato que está en línea con la estimación de la SHCP.
¿Es un valor aceptable? Pues como lo he dicho en múltiples ocasiones, si la medida es la de deuda respecto a PIB, evidentemente México es de los países menos endeudados, pero si utilizamos otras medidas como lo que representa la deuda respecto a los ingresos del sector público pues si deberíamos alarmarnos.
En los Pre-Criterios de Política Económica 2025, se establece que para este año los ingresos presupuestarios del sector público federal sumarán 7.443 billones de pesos y se espera que al cierre del ejercicio el SHRFSP sea de 17.047 billones de pesos, eso significa que la deuda representa el 229% de los ingresos del gobierno, y esto si es preocupante.
Otra medida de la debilidad fiscal de México es lo que representa el costo financiero de la deuda respecto de los ingresos presupuestales, y tenemos que dicho costo este año se espera que sea de 1.228 billones de pesos, cifra que representa el 16.5% de los ingresos presupuestarios. Respecto a este punto, pues preocupa que las tasas de interés en México se mantienen altas, en torno al 11.00%, porque la inflación no cede y se ubicó en 4.97% anual en junio, por lo que en la medida en que crece la deuda el costo financiero inevitablemente sigue aumentando.
En este contexto, en el marco de la conferencia Mañanera del presidente López Obrador del pasado 31 de julio, el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, presentó a los medios de comunicación los resultados económicos y de finanzas públicas de la actual administración federal. Lo que ahí se dijo nos presenta una imagen de unas finanzas públicas en México que marchan de maravilla, ignorando los diversos riesgos que claramente están en el horizonte.
El secretario mencionó que los cuatro pilares de la transformación son los siguientes: 1. Finanzas públicas sostenibles y deuda pública estable de esta administración; 2. Apoyo a los ingresos familiares, principalmente a los hogares más vulnerables económicamente; 3. Reforzamiento de la oferta a través de impulsar la creación de mayor capacidad productiva y dar certidumbre; y 4. Desarrollo regional. A continuación explico lo que se dijo respecto a los dos primeros pilares y hago una serie de comentarios.
Primer pilar
En cuanto al primer pilar, de finanzas sostenibles y deuda pública estable, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, reiteró que la deuda pública está estabilizada en una senda de sostenibilidad y México es de los pocos países que, en la pandemia, la mantuvo por debajo de 50% del PIB, y que será de 48.6% al terminar la administración. Destacó que nuestro país es de los que menos incrementó su deuda ya que creció 4.9 puntos porcentuales, cuando el promedio en los países emergentes del G20 fue de 9.3 y en los avanzados de 10.3%. Además, mencionó que en los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto la deuda aumentó 7.4 y 8 puntos porcentuales, respectivamente.
Respecto a lo que dijo el subsecretario Yorio, cabe señalar que al cierre de 2018 el SHRFSP fueron de 10.551 billones de pesos por lo que de entrada podemos decir que en lo que va de este sexenio la deuda pública creció en casi 5.5 billones de pesos ¡lo que representa un incremento nominal de 51.9%! Lo que sucede es que la deuda como porcentaje del PIB creció en pocos puntos porcentuales gracias a la inflación acumulada de 30.65%, lo que aumentó el PIB nominal. Esto es algo que he mencionado en diversas ocasiones, como el gobierno ha utilizado la inflación a su favor para endeudarse más sin que aumente demasiado el peso de la deuda respecto al PIB.
Yorio agregó en la conferencia de prensa que por primera vez en 34 años, la deuda externa se redujo a 15.7% como porcentaje de la deuda total, lo que significó 7.6 puntos porcentuales menos en la presente administración, al disminuir en un billón de pesos ya que ha habido una reducción de 94% de la deuda con organismos financieros internacionales.
Desde luego que esta es una buena noticia ya que disminuye el riesgo de que la deuda pública se encarezca por ajustes en el tipo de cambio, aunque no se debe dejar de ver que la deuda total del sector público federal no ha dejado de crecer y 5.5 billones de pesos no es poca cosa. Lo que es peor es que la deuda del sector público va a seguir creciendo y de entrada para el 2025 se espera un déficit fiscal de 3.5% del PIB y posiblemente en la práctica acabe siendo más alto. Esto es aproximadamente 1.2 billones de pesos de deuda pública adicional para el siguiente año si bien nos va, lo que llevaría al monto del SHRFSP a un nivel por encima del 50% del PIB.
Un punto importante que tampoco abordó el subsecretario Yorio en la conferencia fue el de las finanzas de Pemex, que ese tema en si mismo amerita un análisis completo. Hace unos días se dio a conocer que Pemex perdió 255,937 millones de pesos de abril a junio de este año, siendo éste el peor resultado para un segundo trimestre desde que se tiene registro. De acuerdo con Pemex, al 30 de junio de 2024 el saldo de su deuda con proveedores fue de 362.5 mil millones de pesos, el mayor en 13 años para un periodo comparable. A su vez, el saldo total de su deuda financiera bruta fue de 1.83 billones de pesos (99.4 mil millones de dólares). Ambos datos contribuyeron a deteriorar el patrimonio de la empresa, de tal forma que por cada 10 pesos de activos la empresa tiene 17 pesos de pasivos.
Segundo pilar
Respecto del segundo pilar, en la conferencia de prensa, el secretario Ramírez de la O dijo que los apoyos a los ingresos de los hogares más vulnerables ya son materia de política de Estado y que representan un modelo totalmente mexicano que no sigue ninguna regla internacional. Destacó que en este gobierno, el aumento al salario mínimo ha sido de 114% en términos reales y la pensión a adultos mayores subió de 9,400 a 36 mil pesos al año.
Respecto a este punto mi comentario es que es cierto lo que se dijo, pero el aumento al salario mínimo poco ayuda cuando tienes el 56% de la población ocupada laborando en la informalidad. Sin embargo, para quienes si se vieron beneficiados con esta medida, cabe señalar que este logro fue gracias a quienes generamos empleo y pagamos impuestos. Si bien el aumento al salario mínimo fue una iniciativa del gobierno, los salarios son pagados por los empresarios. Por su parte, de los 1.99 billones de pesos que autorizo el Congreso para pago de pensiones contributivas en 2024 (la cifra más alta de la historia), pues eso se fondea con el cobro de impuestos por parte del gobierno federal.
De igual forma, con respecto a lo comentado por el subsecretario de Egresos, Juan Pablo de Botton, en el sentido de que los recursos dirigidos a los programas prioritarios sociales pasaron de 253 mil millones de pesos en 2019 a 741 mil millones en el presente año, un crecimiento real de 131% en el periodo, pues eso se fondea con los recursos que se obtienen del pago de impuestos que pagan empresas privadas.
En ese sentido, durante la conferencia, el titular del SAT, Antonio Martínez Dagnino, informó que, en esta administración, se han recaudado 20.9 billones de pesos, un incremento de 6.6 billones de pesos respecto al sexenio anterior, equivalente a un crecimiento de 13.1% real. El funcionario mencionó que esto es resultado de los principios del gobierno de México para combatir la corrupción, implementar la austeridad republicana y eliminar la condonación de impuestos. “Ya no hay privilegios, ahora todas y todos contribuimos”.
Sobre la fiscalización, señaló que las auditorías a grandes contribuyentes sumaron 2 mil 597 que, a junio del presente año, han permitido una recaudación de 1.3 billones de pesos.
Queda claro, por lo que menciona el titular del SAT, que es gracias al pago de impuestos que provienen del sector privado, ya sea de personas físicas o morales, que el gobierno federal tiene recursos para gastar en sus programas sociales y en todo lo que la Cámara de Diputados le autorice. Es por ello que debería ser extremadamente claro para todos que se debe cuidar al sector privado, sin su incansable trabajo no tendríamos este país.
A manera de conclusión podemos señalar que México si enfrenta a una fuerte desaceleración económica y con un panorama fiscal muy complicado, aunque el gobierno federal nos quiera hacer pensar que todo marcha bien. Si hay menor crecimiento económico o de plano entramos en una recesión, no se cumplirán las metas fiscales y el gobierno tienen crecientes compromisos sociales de gasto público. Por su parte, la deuda pública y su costo financiero mantendrán estresadas las finanzas públicas y si los analistas internacionales comienzan a dudar de la capacidad de gestión del Gobierno de México, podrían venir recortes en nuestra calificación de deuda soberana, lo que tendría una repercusión directa en las tasas de interés, elevándolas y dañando aún más la actividad económica.
Son tiempos de mucha incertidumbre y necesitamos estar informados.
Alejandro Gómez Tamez
Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com
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