La migración total de la vida cotidiana, laboral y educativa al mundo digital ha detonado una dependencia a la conectividad. Hoy es casi impensable quedarse desconectado; sin embargo, acceder al servicio de internet aún se coloca como uno de los grandes retos del país, debido a que su costo es uno de los más elevados a nivel Latinoamérica .
Los mexicanos desembolsan hasta casi 10 dólares más respecto a otras naciones latinoamericanas para adquirir internet en sus hogares. Datos de la consultora Statista revelan que en México el promedio de una suscripción mensual de internet fijo asciende a los 32.35 dólares, equivalentes a 654 pesos. Mientras que en Perú sus ciudadanos pagan 24.86 dólares, equivalentes a 502.50 pesos; en Colombia 20.47 dólares, es decir, 413 pesos; en Chile 21.86 que corresponde a 442 pesos; y en Brasil 21.18 dólares, equivalentes a 441 pesos. En México a pesar de que en los últimos 10 años el precio del internet se redujo 52.9%, al pasar de un costo de 742 pesos a 349 pesos, según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el país aún se mantiene dentro de la lista de los países con tarifas elevadas para servicios de conectividad fija. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ha recomendado que los usuarios destinen sólo el 2% de sus ingresos a los servicios de conectividad, pero en México las personas en promedio invierten el 3.5%, casi el doble de lo aconsejado, y este porcentaje se incrementa en los usuarios con menor poder adquisitivo. Alberto Farca, vicepresidente de proyectos de Centro México Digital, atribuyó esta situación a una falta de competencia en el mercado fijo debido a que existen entidades en donde operan pocos jugadores o incluso sólo uno, permitiendo a las empresas colocar precios únicos sin otras opciones para los consumidores. Esta situación se ha puesto de relieve con las sentencias aplicadas por el IFT a compañías como Megacable y a las empresas de servicios fijos de Televisa como Izzi, al considerarlas con poder sustancial, es decir, con la capacidad de fijar precios unilateralmente o restringir el abasto en el mercado relevante sin que los competidores puedan contrarrestar dicho poder. Por ejemplo, el IFT detectó que Megacable tiene poder sustancial de servicios fijos en San Mateo Atenco y Zinacantepec, ubicados en el Estado de México; León, Guanajuato; Guadalajara y Tonalá en Jalisco; Cuautlancingo y San Pedro Cholula en Puebla, así como en Corregidora y El Marqués en Querétaro. Mientras que Televisa detectó que tenía ventaja en entidades como Aguascalientes, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Nuevo León y San Luis Potosí. “El precio de la banda ancha fija varía dependiendo del Estado en el que nos encontremos. Existen entidades en donde hay una menor competencia y esto incide directamente en los precios del internet, por eso México se mantiene como un país con tarifas elevadas del internet”; dijo Farca. La orografía es el otro factor por el que los mexicanos afrontan mayores gastos por el servicio de internet. Expertos de la industria han comentado en diversas ocasiones que el despliegue de fibra o cualquier infraestructura en zonas remotas llevan a las empresas a desembolsar mayores cantidades de inversión para habilitar los servicios de conectividad, cuyos gastos terminan traducidos en los precios del internet. Alberto Farca dijo que Chile se ha convertido en uno de los países con tarifas más asequibles para el internet, gracias a que se impulsó una ley de infraestructura de telecomunicaciones, cuyo marco se ha convertido en la ruta para eficientar el despliegue de redes tanto para las empresas como para los usuarios. “Mientras que en México un operador fijo si quiere colocar fibra debe seguir diferentes reglas dependiendo del municipio y esto es una de las grandes barreras es la regulatoria porque además de complicar el despliegue, esto se termina traduciendo en los precios para los servicios como el internet”; dijo el vicepresidente de proyectos de Centro México Digital. La regulación se mantendrá como punto elemental para impulsar la llegada de más competidores al mercado de servicios fijos, así como para crear planes que faciliten el despliegue de infraestructura y con ello disminuir los precios de internet.
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