La inflación puede ser un buen aliado de los gobiernos que buscan seguirse endeudando sin que esto “deteriore” su relación básica de peso de la deuda como porcentaje del PIB. Veamos un ejemplo sencillo: si el gobierno en México debe 16.4 billones de pesos, y el PIB nominal es de 32.96 billones de pesos, eso significa que la deuda respecto al PIB es de 49.7%. Si al cabo de un año la inflación fue de 5% y el crecimiento económico de 1.5%, eso significa que el PIB nominal en 2025 sería de 35.12 billones de pesos, lo que implica que el gobierno podría endeudarse en otro billón de pesos hasta los 17.45 billones de pesos, sin aumentar su relación de deuda a PIB.
Esta es la forma en que la inflación le ayuda a los gobiernos a poder endeudarse más cada año, pero la inflación genera importantes costos para los asalariados y quienes mantienen cuentas de ahorro. La inflación es generada principalmente por el propio Estado y es al Estado a quién beneficia, en esta entrega veremos cómo es que se da ese proceso.
Respecto a este tema, en un artículo de Daniel Lacalle, publicado el 16 de septiembre y titulado “Se avecina una destrucción monetaria sin precedentes” se explica con detalle este proceso de cómo los gobiernos necesitan de la inflación crónica para poder hacer frente a una crisis de deuda que se ha convertido en algo impagable y en una gigantesca loza para la generación actual y las futuras.
El artículo de Daniel Lacalle comienza señalando que, según Bloomberg, la oferta monetaria mundial se ha disparado en 20.6 billones de dólares desde 2019. Además, la deuda mundial aumentó en más de 15 billones de dólares tan sólo en 2023, alcanzando un nuevo récord de 313 billones de dólares. Alrededor del 55% de este aumento provino de las economías desarrolladas, principalmente Estados Unidos, Francia y Alemania. Por su parte, los pasivos no financiados (la diferencia entre los beneficios estimados de un plan de pensiones y los activos que se han reservado para pagarlos) en Estados Unidos ascienden a 72 billones de dólares, casi el 300% del PIB. Esta cifra puede parecer elevada hasta que se analiza el caso de España, con el 500% del PIB, Francia, con cerca del 400%, o Alemania, con cerca del 350% del PIB.
No hay escapatoria de la deuda. Pagar las promesas falsas del gobierno utilizando papel moneda dará siempre como resultado: una moneda en constante depreciación, empobreciendo así a quienes perciben un salario o tienen ahorros en papel. La inflación es el impuesto oculto, y es muy conveniente para los gobiernos porque siempre culpan a las tiendas, a los negocios o a las fábricas; mientras que los bancos centrales, como es el caso de México, se presentan como que tienen la solución al problema a través de un alza en las tasas de interés, manteniendo la base monetaria en creciendo de manera irracional, con un 12% anual, cuando la economía sólo aumenta 1.5 por ciento.
No nos lo dicen, pero la realidad es que los gobiernos quieren más inflación para reducir el impacto de la enorme deuda y los pasivos no financiados en términos reales, como lo expliqué en el párrafo introductorio. Saben que no pueden cobrar más impuestos, así que nos gravarán a todos indirectamente con inflación destruyendo el poder adquisitivo de la moneda que emiten.
Contrario a lo que se piensa, los impuestos altos no son una herramienta para reducir la deuda elevada, sino más bien sirven para perpetuar la expropiación de la riqueza nacional. La evidencia muestra que los países con impuestos altos y gobiernos grandes también tienen niveles enormes de deuda pública.
Si pensabas que la destrucción monetaria, producto de la inflación, que hemos presenciado en los últimos años fue excesiva, espera a ver el sufrimiento que soportaremos en el futuro.
En 2024, el mundo ha presenciado más de setenta elecciones, pero ninguno de los partidos triunfadores que han llegado al poder se ha molestado siquiera en presentar un plan realista para reducir su deuda. Los gobiernos y los políticos entienden que pueden hacer cualquier promesa con el dinero de otros, y muchos votantes aceptarán la falacia de gravar a los ricos. Naturalmente, la devaluación de la moneda a través de la inflación conduce a un empobrecimiento generalizado.
En México estaremos atentos a la presentación del Paquete Económico 2025, en el que se dará a conocer el nivel de deuda del año 2025. Podemos estimar que en el mejor de los casos será de 1.2 billones de pesos, aunque es altamente probable que veamos un ajuste al alza en los requerimientos financieros del sector público hacía un 4% del PIB, cuando en marzo de 2025 se publiquen los Pre Criterios 2026.
Por su parte, el Departamento del Tesoro en EE.UU. espera un aumento de la deuda pública de 16 billones de dólares entre 2024 y 2034, sin tener en cuenta ningún riesgo de recesión. La enorme deuda gubernamental de 35 billones de dólares, junto con sus posteriores adiciones, tiene el potencial de destruir al dólar estadounidense. Los ciudadanos se enfrentarán a un mayor endeudamiento, un acceso reducido a bienes y servicios por la caída del poder adquisitivo y, en última instancia, a la desaparición de la clase media en ausencia de un plan pro crecimiento y apoyos serios al poder adquisitivo de la moneda.
Los gobiernos y los políticos necesitan los votos de la clase media para llegar al poder, y también necesitan, a través de la inflación, erosionar los ahorros y los salarios de esa misma clase media para reducir el peso de la deuda pública en términos reales. Cuando el gobierno dice que puede imprimir y emitir más deuda, tú pagas por ello.
Los billones de dólares acumulados en deuda en diversos países, darán lugar a una ola sin precedentes de flexibilización monetaria por parte de los bancos centrales, que seguirán incluyendo tasas de interés ultra bajas e inclusive reales negativas o hasta la monetización directa de la deuda. Sin embargo, necesitan una excusa para presentarse como la solución al problema que ellos mismos crearon. Una recesión o una desaceleración significativa será el detonante para poner en marcha el plan de destrucción del poder adquisitivo de las monedas. Sin embargo, esta vez la inflación ya es evidente y persistente.
¿Recuerdan por qué los gobiernos se complacen en destruir el poder adquisitivo de la moneda que emiten? Es una forma de nacionalizar la riqueza del país.
¿Cómo pueden los gobiernos implementar la destrucción de la moneda cuando los ciudadanos ya están molestos por los altos precios? Primero, necesitan silenciarlos y por ello vemos opiniones pro el discurso oficial en los medios de comunicación del mainstream. Segundo, eliminar sus opciones de huir de la moneda. Tercero, hacer cumplir la expropiación con el lema: “Puede que no tengas nada, pero encontrarás la felicidad”. Sí, no tendrás nada, pero tampoco estarás contento. Solo que esta vez no podrás quejarte. Eliminar la libertad de expresión y los medios independientes es una parte clave de este plan.
¿Crees que Daniel Lacalle está exagerando? Si el gobierno realmente creyera que con sus políticas tu estarías mejor y serías más próspero, alentaría la libertad de expresión porque todo el mundo valoraría sus mejoras en el bienestar. Por eso necesitan limitar la libertad de expresión, porque saben que con las políticas que implementan serás más pobre. Por lo tanto, es crucial que te protejas contra las promesas hechas por el gobierno y comprendas las razones detrás de la destrucción del dinero.
El dinero fiduciario es solo una promesa, y el emisor sabe que no puede pagarlo con el valor actual por eso su estrategia de degradarlo con inflación. Hacerte dependiente y hacer que la moneda no tenga valor es la mejor manera de controlarte. Protégete invirtiendo.
Son tiempos de mucha incertidumbre y necesitamos estar informados.
Alejandro Gómez Tamez*
Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com
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