Resulta sorprendente que en el actual contexto económico, las expectativas de crecimiento económico para México para el cierre de 2024 y el 2025 hayan sido recientemente revisadas al alza. De acuerdo con la Encuesta de expectativas económicas del sector privado por parte del Banco de México y correspondiente a noviembre, se espera que el PIB crezca 1.55% este año y 1.23% en 2025, pero desde mi punto de vista estas cifras son bastante optimistas.
Los indicadores que dan cuenta de la desaceleración económica nacional se siguen acumulando, y si a eso le sumamos la incertidumbre causada en la inversión privada por factores internos y externos, las cosas se ponen cada vez más complicadas para nuestra economía. De hecho sostengo que no veo forma para en que en 2025 logremos crecer entre 2.0% y 3.0% como se menciona en los Criterios Generales de Política Económica 2025, elaborados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), lo que eventualmente pondrá en jaque la meta de recaudación de impuestos y eventualmente el objetivo de déficit fiscal de 3.9% del PIB.
Son diversos los indicadores publicados en la semana que concluyó el 6 de diciembre y que siguen evidenciando la pérdida de dinamismo de la economía nacional.
Comencemos mencionando los indicadores de ocupación y empleo. Tenemos que en noviembre se contabilizaron 22.64 millones de empleos registrados ante el IMSS, apenas 1.05% por arriba de los registrados en el mismo mes de 2023. Este es el menor crecimiento anual desde abril de 2021, cuando los trabajadores asegurados aumentaron en 0.7%, lo que muestra una clara desaceleración en la generación de puestos formales. Es así que en los primeros 11 meses del año se han creado 619 mil empleos, en comparación con los 1.036 millones del mismo periodo de 2023, lo que implica una tasa de crecimiento anual de 2.81% para dicho periodo, la cual contrasta con el 4.85% en 2023. El 2024 lo cerraremos con unos 22.26 millones de trabajadores asegurados regfistrados, ya que en el último mes de cada año se pierden más de 300 mil empleos (al menos eso es lo que se ha pedido en los últimos tres años).
Por su parte, el INEGI informó que en octubre de 2024, la población económicamente activa (PEA) alcanzó los 61.4 millones de personas, lo que implica un aumento de tan sólo 317 mil respecto al mismo mes del año anterior. De este grupo, el 97.5% estuvo ocupado, lo que representa una buena noticia en términos de empleo general. Sin embargo, no todo es positivo:
- Subocupación: 5.6 millones de personas declararon necesitar más horas de trabajo, un incremento de 944 mil en un año. Esto refleja una presión en el mercado laboral por generar empleos mejor remunerados y con jornadas completas.
- Desocupación: Aunque la tasa de desocupación bajó al 2.5%, sigue existiendo una población de 1.5 millones de personas sin empleo.
En este rubro, el desafío radica en crear no solo empleos, sino empleos de calidad que respondan a las necesidades de una economía a la que le urge aumentar su productividad.
En materia de Confianza Empresarial, es evidente el golpe en la percepción económica. Los Indicadores de Confianza Empresarial (ICE) muestran un deterioro significativo, especialmente en sectores como comercio y servicios privados no financieros. En comparación anual:
- El ICE de comercio cayó 4.5 puntos y el de servicios privados no financieros, 6.2 puntos.
- La construcción, aunque menos afectada, también muestra una baja de 2.6 puntos.
Este deterioro en la confianza empresarial debe preocuparnos, ya que la confianza es clave para la inversión productiva privada. Me atrevo a anticipar que en la medición del próximo mes la confianza empresarial será aún menor dadas las recientes amenazas de Donald Trump de imponer aranceles punitivos a las importaciones de México y porque en nuestro país ha continuado la destrucción de instituciones, ahora con la desaparición de organismos autónomos (entre ellos el INAI, IFT, Cofece).
Una cuasi buena noticia es que el Indicador de Pedidos Manufactureros (IPM) registró una recuperación, aunque ésta fue frágil. El IPM superó nuevamente el umbral de los 50 puntos en noviembre, situándose en 50.6 con cifras desestacionalizadas. Esto indica expectativas positivas para la producción futura. Sin embargo, algunos componentes, como personal ocupado e inventarios de insumos, mostraron caídas, reflejando tensiones estructurales en la cadena productiva.
Como hemos visto con otros indicadores de producción manufacturera, aunque el sector parece recuperarse, las señales son mixtas y demandan políticas que impulsen tanto la demanda como la eficiencia en la producción.
En materia de Consumo Privado se aprecia estancamiento y preferencia por los productos importados. En septiembre, el Indicador Mensual del Consumo Privado (IMCP) cayó 0.3% respecto al mes anterior. Sin embargo, a tasa anual creció 1.7%, impulsado por el consumo de bienes importados (+4.2%) y, en menor medida, de bienes y servicios nacionales (+1.4%).
En cuanto a la Formación Bruta de Capital Fijo, mejor conocida como inversión fija, pues los indicadores nos encienden una alerta. Resulta que elindicador que mide la inversión en maquinaria, equipo y construcción registró una caída mensual del 0.8% en septiembre, y un retroceso anual del 2.3%. Destaca la caída en Construcción de -5.2% anual, mientras que en Maquinaria y equipo, aunque mostró un leve crecimiento anual del 0.8%, denota la falta de confianza en el futuro económico y la necesidad de políticas públicas que den certidumbre e incentiven la inversión privada y pública.
Es así que con los últimos dos indicadores se puede ver la debilidad de la demanda interna. La inversión sufre por la contracción de la construcción no residencial y el consumo privado por la menor tasa de creación de empleos e inflación.
- El crecimiento anual promedio en el tercer trimestre de 2023 fue de:
-Formación bruta de capital fijo (inversión): +21.1%
-Consumo privado: +5.2%
- El crecimiento anual promedio en el tercer trimestre de 2024 fue de:
-Formación bruta de capital fijo (inversión): +1.5%
-Consumo privado: +2.6%
En conclusión, aunque las expectativas oficiales de crecimiento económico para México en 2024 y 2025 apuntan al optimismo, los indicadores clave pintan un panorama menos alentador. La desaceleración en la generación de empleos formales, el estancamiento en la inversión fija, la caída en el consumo privado y la creciente incertidumbre empresarial dejan en claro que no se pueden ignorar las tareas pendientes que tenemos en materia económica.
El debilitamiento de la confianza empresarial y la falta de empleos formales dejan en claro que se deben implementar políticas públicas que impulsen la productividad, fomenten la inversión privada y promuevan el crecimiento económico. De no atenderse estos problemas de fondo, será difícil cumplir con las metas planteadas en los Criterios Generales de Política Económica y cumplir con nuestras metas en materia fiscal. Es momento de priorizar estrategias que fortalezcan nuestra economía desde su base y así convertir los indicadores preocupantes en señales de que vamos bien.
Son tiempos de mucha incertidumbre y en GAEAP podemos mantenerte informado.
Alejandro Gómez Tamez*
Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com
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