No cabe duda de que el pasado 28 de julio el dictador venezolano Nicolas Maduro cometió uno de los mayores fraudes electorales de la historia mundial, y lamentablemente es muy probable que las protestas que ahora se están llevando a cabo por parte de la población no sean suficientes para derrocar al infame régimen que ha sumido en la miseria a una nación y ha causado una de las mayores olas migratorias de la historia. Pobres venezolanos por lo que les espera y malditos aquellos que han avalado el fraude en contra del pueblo venezolano.
En un artículo editorial de Daniel Lacalle, publicado el 29 de julio y titulado “Las sanciones no destruyeron a Venezuela… ¡lo hizo el socialismo!”, se explica cómo es que el chavismo destruyó la economía de la nación latinoamericana, que si bien tenía diversos problemas que provocaron la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, avanzaba a la par de sus vecinos sudamericanos.
El artículo de Lacalle fue escrito antes de las elecciones, por lo que comienza mencionando que es vergonzoso ver a una delegación del terrorífico Grupo de Puebla “supervisar” las elecciones venezolanas que el líder autoritario Maduro buscaba y logró manipular nuevamente. Cabe señalar que el Grupo de Puebla es un foro político y académico integrado por representantes de la izquierda política latinoamericana y europea meridional que fue fundado el 14 de julio de 2019 en la ciudad mexicana de Puebla.
Lacalle menciona que el Grupo de Puebla “supervisando” elecciones es como Pablo Escobar supervisando la lucha contra el narcotráfico. Esta infame organización defiende a todas las dictaduras comunistas asesinas y mira hacia otro lado cuando éstas atacan los derechos humanos y la libertad de expresión en los regímenes socialistas.
No hay comparación con el desastre económico que ha provocado el socialismo del siglo XXI en Venezuela. Como explica José Guerra, economista del Observatorio Venezolano de Finanzas, en su brillante libro “25 años de gobiernos chavistas”, en el último cuarto de siglo el producto interno bruto de Venezuela se ha desplomado más de un 55%, mientras que el PIB de la región ha crecido un 25%, el ingreso per cápita ha caído a menos de la mitad, la pobreza ha aumentado 2.8 veces, la pobreza extrema se ha multiplicado por cinco y el salario mínimo real se ha hundido un 99%. El socialismo del siglo XXI llevó a la economía venezolana a la más absoluta miseria, con el aplauso de la izquierda mundial. No olvidemos, además, que el chavismo despilfarró la enorme renta petrolera que recibió durante los años de altos precios del crudo, hundiendo la economía a pesar de haber recibido más de un billón de dólares de ingresos petroleros entre 1999 y 2014.
Nueve millones de venezolanos han sido condenados a emigrar; los niveles de pobreza superan el 80%, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida/Encovi; y el chavismo ha destruido la moneda nacional, el bolívar, con un monstruoso desplome del poder adquisitivo.
En los últimos 14 años, se han eliminado 14 ceros del valor nominal de la moneda.
Es posible que hayas leído la mentira de que el problema de Venezuela es el inexistente bloqueo estadounidense. Eso es completamente falso. No hay bloqueo en contra de Venezuela y por el contrario, esta nación tiene acuerdos bilaterales con más de 50 naciones, incluidas las principales potencias mundiales. Estados Unidos es uno de sus principales socios comerciales, junto con China, Rusia, Turquía, España, India, Países Bajos y Brasil, entre otros, según datos del gobierno. Además, Venezuela ha recibido préstamos blandos y apoyo financiero de China y Rusia por más de 78 mil millones de dólares desde 2014, según la ONG de relaciones comunitarias, el CRS de Estados Unidos. Además, Venezuela ha sido el mayor beneficiario de préstamos blandos y reestructuración de deuda en toda la región desde 2013. De hecho, la primera persona en reconocer que no hay bloqueo es el dictador Maduro, quien se jacta del repunte de la economía y el aumento de sus exportaciones. De risa loca.
En Venezuela no hay bloqueo. El único bloqueo es el que impone el socialismo a los ciudadanos empobrecidos. Solo hay sanciones por parte de Estados Unidos a los dirigentes que han robado a manos llenas al pueblo venezolano y han demolido la petrolera estatal, PDVSA, que ha pasado de ser la más eficiente del mundo antes del chavismo a una empresa descapitalizada y endeudada al borde de la quiebra.
La destrucción monetaria y la confiscación de la propiedad privada, así como la corrupción rampante, son marcas registradas de los regímenes socialistas. El chavismo no es diferente. Robaron 3.4 millones de hectáreas de tierra, confiscaron más de 523 mil apartamentos y expropiaron 1,087 empresas. Además, el 62% de las expropiaciones fueron abandonadas y el 95% fueron robadas directamente.
¿Y cómo olvidar la hiperinflación de Venezuela? Este problema comenzó en julio de 2017, cuando se registró una inflación mensual de 56.7% e interanual de 1,370%; en ese período se anunció la creación del billete de 100,000 bolívares. Es considerada la peor hiperinflación en la historia latinoamericana. Durante el primer gobierno de Nicolás Maduro, la inflación acumulada entre los años 2013 y 2019 en el país fue de 5,395,536,286%.
El chavismo ha cerrado más de 40 periódicos nacionales y regionales, casi cuarenta estaciones de radios y bloqueado la transmisión de más de una treintena de televisoras, entre ellas la cadena en español CNN o Antena 3. Además, el chavismo mantiene en su poder a más de 260 presos políticos, según el Foro Penal.
Venezuela es el país más inseguro de la región, con más de 330 mil muertes violentas en 20 años de régimen chavista, según el Observatorio de la Violencia. La ONG Provea publicó que el Gobierno de Maduro mató a más de 9,400 personas entre 2013 y 2023, institucionalizando el asesinato, según la ONG.
Hiperinflación, miseria y represión. Una dictadura asesina que se perpetuó con el apoyo del Foro de Sao Paulo y del terrorífico Grupo de Puebla, que también blanqueó las dictaduras castrista y nicaragüense. Ese es el legado del chavismo, que la izquierda ha aplaudido durante años y sigue apoyando. Esa es la misma izquierda que tiene la temeridad de decirte que defiende la democracia, el progreso y la libertad de expresión.
Esa izquierda caviar que se queda callada ante los asesinatos y la miseria en Venezuela y Cuba es la misma que se preocupa por el ascenso de la extrema derecha mientras mira hacia otro lado ante las evidencias del régimen de terror socialista.
Las sanciones no destruyeron a Venezuela. Lo hizo el socialismo. En tiempos de altos precios del petróleo, despilfarrando los ingresos petroleros récord y aplicando un régimen de terror, miseria y confiscación donde los líderes políticos se vuelven obscenamente ricos, robando la riqueza de la nación tal como lo hacen en Cuba, Nicaragua y otros regímenes socialistas.
Son tiempos de mucha incertidumbre y necesitamos estar informados.
Alejandro Gómez Tamez*
Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com
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