Durante la semana que acaba de concluir hubo bastante nerviosismo en los mercados debido a tres importantes anuncios en materia económica y financiera del país. El primero de ellos fue que el jueves se anunció la decisión de política monetaria del Banco de México, del cual era ampliamente esperado un recorte de la tasa de interés objetivo al 10.25% en un contexto de inflación persistente. El segundo fue la publicación por parte de la agencia calificadora Moody´s que puso la perspectiva de la deuda soberana de México en «negativa». El tercero fue la presentación del Paquete Económico 2025 con requerimientos financieros del sector público de 3.9% del PIB. En esta entrega explico las repercusiones de estos tres temas en la economía en general y lo que pudiera implicar para consumidores y empresas.
Reducción de tasa de interés
Hace unos días, el INEGI dio a conocer que la inflación de precios al consumidor fue de 4.76% anualizada en octubre de este año, lo cual es producto de que la inflación subyacente se ubicó en 3.80% y la no subyacente fue de 7.68% anual. Es evidente que el incremento de precios todavía está lejos de la meta del Banco de México de una inflación anual de 3.0%, pero se destaca que la inflación subyacente (la que mide los precios de las mercancías y servicios) ha venido disminuyendo de manera consistente mes con mes desde enero de 2023.
Esta disminución continua en la inflación subyacente es la razón principal por la que el Banxico ha justificado el inició de su ciclo de bajas en la tasa objetivo a lo largo de 2024.
En el comunicado emitido, el banco central destacó que en el tercer trimestre de este año la actividad productiva nacional habría registrado una tasa de crecimiento mayor que en los dos trimestres previos (1.5% en III/24 vs 1.0% en II/24 y 1.8% en I/24) en los cuales permaneció prácticamente estancada y anticipa que se muestre atonía de la actividad el próximo año. Además de que en el mercado laboral, el empleo se ha desacelerado, de manera que el balance de riesgos para la actividad económica se mantuvo sesgado a la baja.
De igual forma, en el comunicado menciona que ajustó al alza sus pronósticos para la inflación general en el corto plazo producto de lo que considera choques de oferta y que sigue esperando que la inflación general converja a la meta hasta el cuarto trimestre de 2025. Ahora el Banxico espera que la inflación del cuarto trimestre de 2024 sea de 4.7% (4.3% antes), y en cuanto al 2025, espera que sea de 3.9% en el primer trimestre (3.7% antes), 3.4% en el segundo trimestre (3.3% antes) y que llegue a 3.0% en el cuarto trimestre (esta previsión no cambió). También menciona que entre los riesgos que identifica y que podrían hacer que la inflación se acelere destacan: i) persistencia de la inflación subyacente; ii) mayor depreciación cambiaria; iii) mayores presiones de costos; iv) afectaciones climáticas; y v) escalamiento de conflictos geopolíticos.
En este contexto de inflación persistente, de revisión al alza de las expectativas inflacionarias y de riesgos relevantes, la Junta de Gobierno del Banco de México tomó la decisión unánime de recortar por cuarta ocasión en lo que va del año, su tasa de interés objetivo en un cuarto de punto porcentual, para llevarla a 10.25% anual. Cabe señalar que la semana anterior el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos había disminuido su tasa de interés de fondos federales en un cuarto de punto porcentual, además de que este movimiento era ampliamente esperado por el mercado y por esa razón no hubo mayor movimiento en el tipo de cambio.
¿Es una buena noticia esta disminución? Hay que recordar que el mandato constitucional del Banxico es preservar el poder adquisitivo de la moneda, lo que implica combatir la inflación. En el contexto inflacionario actual podría ser considerado un movimiento riesgoso el que se baje la tasa de interés (Brasil acaba de aumentar su tasa de interés de referencia), pero si analizamos el impacto para la economía en su conjunto, una menor tasa de interés ayudará en varios sentidos: i. Se puede dinamizar la inversión productiva al haber un menor premio por tener el dinero ahorrado, y ii. Se generarán ahorros para quienes tienen deudas referenciadas a la TIIIE. Familias, empresas y gobiernos tendrán ahorros importantes por esta baja en la tasa de interés, y en ese sentido hemos estimado que por cada cuarto de punto porcentual que baja la tasa de interés en México, el sector público federal se ahorra cerca de 30 mil millones de pesos anuales de intereses.
Perspectiva negativa en la deuda soberana
Ese mismo jueves que se anunció el recorte de la tasa de interés, en la víspera de la presentación del Paquete Económico 2025, por la tarde hubo otro anuncio que tomó a la mayoría por sorpresa y es el hecho de que la agencia calificadora Moody´s puso con perspectiva “negativa” la calificación de la deuda soberana de México (antes estábamos en “estable”). ¿Qué significa esto? Pues es una advertencia de que si no resolvemos las cosas que nos observaron, en la siguiente revisión si nos van a bajar la nota, lo cual nos acerca al preocupante escenario de perder el grado de inversión.
El cambio de perspectiva de la deuda mexicana por parte de Moody´s se debe a que el debilitamiento percibido en la capacidad de formular políticas y el entorno institucional corre el riesgo de socavar los resultados fiscales y económicos. Además de que el deterioro de la capacidad de pago de la deuda y la mayor rigidez del gasto público dificultan la consolidación fiscal, tras la ampliación del déficit público este año, lo que supone una desviación de la trayectoria de larga data de déficits bajos independientemente de las presiones económicas. Al mismo tiempo, la reciente reforma constitucional corre el riesgo de erosionar los controles y contrapesos del sistema judicial del país, con un posible impacto negativo en la solidez económica y fiscal de México. Por último, Moody´s considera que existe una mayor probabilidad de que los pasivos contingentes derivados de Petróleos Mexicanos (PEMEX, B3 negativo) se materialicen en el balance fiscal del gobierno, sin que se haya restablecido la sostenibilidad de su deuda a largo plazo, por lo que aumentan los riesgos fiscales para el gobierno.
No obstante lo anterior, Moody´s destaca en positivo que el perfil crediticio de México continúa beneficiándose de una sólida fortaleza económica que seguirá siendo apoyada por la diversidad de su economía, así como por los beneficios potenciales de la relocalización (nearshoring); y agrega que los desequilibrios macroeconómicos modestos, gracias a un historial de políticas fiscales y monetarias relativamente prudentes, respaldan la calificación en grado de inversión que conserva el país en Baa2.
De este punto podemos concluir que el ajuste de Moody’s a la perspectiva de la deuda mexicana a “negativa” es una clara advertencia de que es urgente reforzar la disciplina fiscal, fortalecer las instituciones públicas, cuidar el sistema judicial y el estado de derecho. El gobierno debe priorizar reducir el desequilibrio fiscal (que este año fue de 5.9% del PIB), lo que obliga a fortalecer los ingresos públicos, mejorar la eficiencia del gasto público y fomentar la inversión privada con reglas claras. Además, es vital invertir en infraestructura estratégica y atacar problemas estructurales como la informalidad laboral y la baja productividad. Estas acciones fortalecerían la confianza de los inversionistas y mejorarían la perspectiva de crecimiento económico de corto y mediano plazos.
Paquete Económico 2025
Después de una larga espera, de acuerdo con la fecha límite legal, el 15 de noviembre se entregó por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) el Paquete Económico 2025, el cual está conformado por las iniciativas de Ley de Ingresos, Presupuesto de Egresos y los Criterios Generales de Política Económica.
Estos documentos eran ampliamente esperados por los analistas porque sientan las bases de lo que será la política fiscal para el año que viene, además de que había mucha expectativa por conocer qué tanto se recortaría el déficit fiscal en 2025, después del brutal desequilibrio de 5.9% del PIB este año.
De manera general podemos mencionar que se plantea un presupuesto de egresos nominal de 9.3 billones de pesos, lo que implica un recorte de gasto respecto a 2024 de -3.6% en términos reales. No se propone la creación de impuestos nuevos y establecen que la eficiencia recaudatoria se logrará combatiendo la evasión fiscal a través de la digitalización y simplificación administrativa.
En cuanto a los Programas Sociales de 2025, se destinarán 835,705 millones de pesos, los cuales serán dispuestos de la siguiente manera:
- Pensión Adultos Mayores: 463,427 mdp
- Programas Becas: 131,926 mdp
- Sembrando Vida: 39,100 mdp
Para los Programas Prioritarios de Inversión se destinarán 189,000 millones de pesos, distribuidos de la siguiente manera:
- Tren Maya 40,000 millones de pesos
- Tren México – Querétaro 30,000 millones de pesos
- Tren Interoceánico 25,000 millones de pesos
Las Dependencias que más ganan son:
- Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano 38,048 mdp (+183.3%)
- Infraestructura, Comunicaciones y Transportes 140,799 mdp (+57.65%)
Mientras que las Dependencias que más pierden son:
- Defensa Nacional 151,995 mdp (-43.8%)
- Medio Ambiente y Recursos Naturales 44,370.5 mdp (-39.4%)
- Seguridad y Protección Ciudadana 70,422 mdp (-36.2%)
A continuación, presento los principales indicadores sobre los que se construyó el presupuesto y hago una reflexión respecto a la viabilidad de que se cumpla cada uno de ellos:
Crecimiento del PIB: 2.0 – 3.0%. Esta estimación es muy difícil que se cumpla por varios factores: la desaceleración económica que vive el país, el deterioro del clima de inversión causada por la vulneración al estado de derecho, la incertidumbre causada por el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, el recorte al gasto público de -3.6% en términos reales, entre otros riesgos. Cabe destacar que si no se logra el crecimiento planteado de 2-3%, entonces no se llegará a la meta de crecimiento de ingresos fiscales de 3.3% en términos reales y eso podría ocasionar que el déficit fiscal sea más amplio de lo planteado.
Precio promedio de petróleo (dls/barril): $57.80. Es difícil estimar los precios del petróleo porque por un lado no sabemos que va a pasar con el conflicto en Medio Oriente y por otro lado Donald Trump dará un fuerte impulso a la extracción de petróleo, con una amplia desregulación. Al final, la determinación del precio del petróleo debe obedecer a una fórmula.
Inflación al cierre del año: 3.5%. El Banco de México tienen como meta llegar a una inflación de 3.0% al cierre de 2025, me parece prudente la estimación de la SHCP de que más bien ésta será de 3.5%.
Tasa de interés promedio: 8.9%. Lo más probable es que arranquemos el 2025 con una tasa objetivo de 10.00% y que si no hay mayores complicaciones con la inflación, ésta llegue a 8.0% al cierre de 2025, por lo que establecer que en promedio del año será de 8.9% parece una estimación prudente.
Tipo de cambio promedio: 18.7 por dólar. Nadie sabe lo que sucederá con el tipo de cambio, son demasiadas las variables que lo pueden mover hacía arriba o hacia abajo. Sin embargo, dado el contexto de deterioro de la confianza en México más el regreso de Donald Trump, pues yo veo el dólar más en los 20.50 pesos que por debajo de los 19 pesos.
Crecimiento PIB de Estados Unidos 2.2%. Esta estimación va en línea con los análisis convencionales, aunque hay voces como la de Peter Berezin, estratega de BCA Research, que recién elevó la probabilidad de una recesión económica en EE.UU. en los próximos doce meses al 75 por ciento. Si nuestro vecino del norte entre en recesión, nosotros sin duda también tendremos una.
Reducción de los Requerimientos Financieros del Sector Público del 5.9% (2024) al 3.9% (2025) del PIB. Este ajuste al endeudamiento total para el año que entra fue bien recibido por el mercado, aunque implica que la deuda del sector público crecerá en al menos 1.15 billones de pesos el año que viene.
El peso de la deuda pública (SHRFSP) respecto al PIB se mantiene en 51.4% del PIB. De acuerdo con las expectativas de crecimiento del PIB de 2.0% a 3.0% para el año 2025, algo que difícilmente se cumplirá, el saldo de la deuda en su definición más amplia, pasará de 17.440 a 18.591 billones de pesos, manteniendo así la relación de deuda a PIB en 51.4%. Pero esto no se logrará.
A manera de conclusión podemos mencionar que la semana que recién concluye evidenció la complejidad de los retos económicos que enfrenta México: una política monetaria laxa en un contexto de inflación persistente, un ajuste en la perspectiva crediticia de Moody’s que advierte sobre la necesidad de mayor disciplina fiscal, y un Paquete Económico que plantea metas ambiciosas pero enfrenta serias dudas respecto de su viabilidad. Estos eventos subrayan la urgencia de fortalecer las instituciones, fomentar la inversión privada, mejorar la eficiencia del gasto público y garantizar la sostenibilidad fiscal para mantener la estabilidad económica y preservar la confianza de los mercados.
Son tiempos de mucha incertidumbre y necesitamos estar informados.
Alejandro Gómez Tamez*
Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com
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