Revirtiendo el carry trade sin destruir la economía

Después del susto financiero global del domingo 4 y lunes 5 de este mes, se ha escrito mucho sobre lo sucedido, pero no quise dejar de redactar una nota al respecto para nuestros lectores de paga en el blog de Economex y en nuestro Substack.

En ocasiones los mercados se desploman debido a un acontecimiento importante e inequívoco, como una pandemia, una guerra o una desaceleración económica. A veces, caen debido a fuerzas menos visibles, como maniobras financieras de alto nivel diseñadas para generar ganancias de la nada.

Esta semana, los mercados han tenido que lidiar con ambas cosas.

La ola de ventas en Wall Street comenzó la semana pasada con algunas preocupaciones fundamentales: las ganancias de las empresas tecnológicas fueron decepcionantes y había señales de alerta en el mercado laboral estadounidense (su tasa de desocupación subió a 4.3%) que podrían indicar una grave desaceleración en la mayor economía del mundo.

Pero el cambio financiero que echó más leña al fuego es más oscuro y tan técnico que incluso algunos inversionistas veteranos tienen dificultades para explicarlo de forma sencilla.

Cuando hemos escuchado a los comentaristas hablar esta semana sobre el «carry trade del yen» o el «gran desmantelamiento», se están refiriendo a una estrategia comercial popular que, de pronto comenzó a estallar en las narices de los inversores.

El carry trade, explicado

En pocas palabras: un carry trade es cuando se pide dinero prestado en un lugar donde las tasas de interés son bajas y se utiliza para invertir en otros lugares en activos que generan algún tipo de rendimiento más elevado.

Durante años, el lugar para conseguir dinero barato ha sido Japón, donde las tasas de interés se han mantenido estables en cero o cerca de cero.

Un inversionista podría pedir prestado yenes japoneses (por una pequeña comisión) y utilizarlos para comprar, por ejemplo, acciones tecnológicas estadounidenses o Cetes mexicanos, activos que han ofrecido sólidos rendimientos en los últimos años. En teoría, mientras el yen se mantenga bajo frente al dólar, se puede devolver lo prestado y aun así obtener una ganancia considerable.

“En lo que va del siglo, se habría ganado más dinero en el carry trade entre yenes y pesos que en el S&P 500”, dijo el columnista de Bloomberg John Authers en el podcast Big Take Daily. “Eso es una locura”.

El carry trade con yenes resultó especialmente popular en los últimos cuatro años, porque Japón era la única gran economía del mundo que ofrecía dinero esencialmente gratis (mientras que Estados Unidos, Europa y otros países aumentaban las tasas de interés para combatir la inflación, Japón ha tenido el problema opuesto y ha mantenido bajas las tasas de endeudamiento para alentar el crecimiento económico).

Pedir prestado por casi nada y obtener un rendimiento del 5% sobre un bono del Tesoro de Estados Unidos u 11.00% en Cetes parece una gran oportunidad de ganar dinero.

Aparentemente es un arbitraje bastante bueno, pero en realidad no es arbitraje porque no está libre de riesgos, ya que es necesario que el tipo de cambio funcione a tu favor.

Veamos un ejemplo de cómo funciona esto:

Escenario optimista para el inversionista:

Johny pide prestados 1,000 millones de yenes cuando los tipos de cambio son de 150 yenes por dólar y 18.50 pesos por dólar. Pide el préstamo a plazo de 7 días y la tasa de interés que le van a cobrar es un 1.0% anual. Johny convierte los yenes y obtiene 120 millones de pesos mexicanos que invierte en un bono que le paga el 11.00% anual. Pues al cabo de una semana Johny obtiene 120,253,846 pesos y si los tipos de cambio no se mueven, por lo que convierte sus pesos a 1,035,519,231 yenes con los cuales paga el crédito más intereses por 1,000,192,308 yenes, por lo que obtiene una utilidad de 35,326,923 yenes, que equivalen a una ganancia de 227,915 dólares.

Escenario pesimista para el inversionista:

En este segundo escenario a Johny le va mal. Él pide prestados 1,000 millones de yenes cuando los tipos de cambio son de 150 yenes por dólar y 18.50 pesos por dólar. Pide el préstamo a plazo de 7 días y la tasa de interés que le van a cobrar subió a 1.25% anual. Johny convierte los yenes y obtiene 120 millones de pesos mexicanos que invierte en un bono que le paga el 11.00% anual. Pues al cabo de una semana Johny obtiene 120,253,846 pesos pero si los tipos de cambio se ajustan a 145 yenes por dólar y 19.30 pesos por dólar, los convierte a 903,461,538 yenes con los cuales deberá pagar el crédito más intereses por 1,000,240,385 yenes. Es claro que Johny tiene una pérdida de -96,778,846 yenes, que equivalen a un quebranto de -667,440 dólares.

El dinero fácil se vuelve caótico

Los problemas comenzaron cuando el valor del yen comenzó a subir hace unas semanas, erosionando el beneficio potencial de un carry trade. Y con la tabla de arriba queda claro lo que le sucede a quienes apuestan a este esquema y en el inter se fortalece la moneda en la que se endeudaron.

La semana pasada, el Banco de Japón subió las tasas de interés por segunda vez desde marzo (primero de -0.1% a 0.0% y luego a 0.25%), empujando al yen aún más alto y por lo tanto haciendo más costoso pagar un préstamo en yenes.

Mientras tanto, el dólar se debilitó cuando la Reserva Federal insinuó firmemente recortes de tasas en el mes de septiembre, y las acciones tecnológicas estadounidenses cayeron. En el caso de México, el peso se ha venido depreciando desde el pasado 3 de junio y el problema se acrecentó a partir de la segunda quincena de julio. Si eres un carry trader, te dirigiste a la salida. Pero también lo hicieron todos los demás en estampida.

Aquí es donde se pone complicado.

“No se puede deshacer la mayor operación de carry trade que el mundo haya visto jamás sin romper algunas cabezas”, dijo Kit Juckes, estratega macro global de Société Générale, en una nota a los clientes el lunes.

La operación de carry trade se basa en préstamos, lo que significa que es una posición apalancada. (Como regla general, siempre que escuche hablar de apalancamiento en finanzas, piense en “alto riesgo”).

Una vez que comiencen a acumularse pérdidas incluso menores, los prestamistas le exigirán que desembolse más efectivo para cubrir sus pérdidas potenciales, un proceso conocido como llamada de margen. Eso puede significar vender activos para recaudar efectivo o cerrar la posición por completo materializando las pérdidas.

“No todo el mundo tendrá que hacer un ajuste de margen de inmediato, pero las personas que incurrieron en los mayores riesgos sí pueden hacerlo, y entonces empiezan a liquidar”, dijo Sedunov. “Y entonces eso genera pérdidas para las personas que están más abajo en la cadena, y entonces tienen que vender cosas, y entonces es simplemente una especie de espiral”.

El lunes, el mercado de valores japonés cayó un 12.4%, lo que desencadenó una caída mundial. El martes, las acciones de Japón recuperaron parte de sus pérdidas. Los mercados estadounidenses también rebotaron. Pero el alivio puede ser temporal.

“No hemos terminado ni mucho menos”, dijo Arindam Sandilya, codirector de estrategia cambiaria global de JPMorgan Chase, en Bloomberg TV. “La desmantelación de las operaciones de carry… está completada en algún punto entre el 50% y el 60%”.

En otras palabras: abróchense los cinturones y no entren en pánico.

Son tiempos de mucha incertidumbre y necesitamos estar informados.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

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