La economía y la guerra están relacionadas de formas importantes. Estados Unidos tiene alrededor de 10 billones de dólares de deuda pública que vencen este año y que deben refinanciar con nueva deuda…pero por otro lado tienen al Secretario de Estado, Antony Blinken, amenazando a China con la guerra si atacan a Taiwán. ¿Qué reacción ha habido? Pues China se deshizo de 53 mil millones de dólares en deuda estadounidense en el primer trimestre de 2024. Eso significa que China ya se convirtió en una nación vendedora neta de bonos y dejó de ser compradora. Hace un par de meses, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, voló a China y pidió: “Por favor, no vendan”. No funcionó.
Por su parte, avalado en la reunión del G7 en Italia, estas naciones aprueban un préstamo a Ucrania por 50 mil millones de dólares, que será repagado por los intereses que generan los activos rusos congelados en bancos occidentales. Obvio, se genera desconfianza en el dólar ya que cualquier país que tenga un conflicto que vaya en contra de los intereses estadounidenses puede ser la próxima víctima de robo de sus cuentas en bancos estadounidenses, europeos, canadienses y japoneses.
Por eso en Estados Unidos se habla de elevar la tasa del impuesto a las ganancias de capital al 44.6%. ¿Por qué? Si nadie va a comprar la deuda estadounidense, es cuando se deben aumentar los ingresos fiscales para evitar el default. Si no puede vender la nueva deuda para pagar la antigua, ¿adivina qué? Pues ya se acaba el imperio.
Así caen los gobiernos, y se les ha estado advirtiendo durante décadas que así es como va a terminar…
Esa es la razón por la que necesitan la guerra. Por eso Europa va a la guerra…Si no puede vender la nueva deuda, tendrá que caer en default. Si entras en guerra, y eso es gran parte de lo que realmente hay detrás de este problema fiscal, pues le echas la culpa a Vladimir Putin…
Es por ello que muchos hablan de que en la elección estadounidense de noviembre, será una contienda entre Donald Trump vs la Tercera Guerra Mundial, independientemente de quién sea el candidato del Partido Demócrata.
El presidente Joe Biden tiene su salud muy deteriorada, prácticamente todos los días se ven imágenes que muestran que no está lúcido y frecuentemente se le ve desorientado. Es por ello que se ve un escenario probable en el que se anunciará que Biden no buscará la reelección por motivos de salud y pondrán al candidato o candidata que les plazca sin necesidad de haber recorrido el tortuoso camino de las elecciones primarias.
Si los demócratas ponen a Hillary Clinton o conservan a Joe Biden, es lo mismo. Hillary es una neoconservadora y Biden dice sí a todo lo que quieran los neoconservadores”. Y los neoconservadores claramente quieren una guerra, una guerra grande.
¿Quieren la prueba más reciente? Este jueves 13 de junio se reunieron los líderes del Grupo de los 7 (G7) en Italia y retomaron la idea de robarle a Rusia los intereses generados por los activos congelados en cuentas en bancos de Occidente. Acordaron conceder un préstamo de unos 50 mil millones de dólares a Ucrania, cuyo reembolso se financiará con los futuros ingresos de capital de aproximadamente 300 mil millones de dólares en activos del banco central ruso actualmente congelados bajo las sanciones impuestas. Los líderes europeos ya habían sentado un precedente el mes pasado al remitir a Ucrania una parte de los ingresos por intereses derivados de estos activos.
Como era de esperarse, el Presidente Putin abordó la medida durante un discurso ante su Ministerio de Asuntos Exteriores. Una vez más denunció esto como un descarado «robo» y describió que los líderes occidentales están tratando de encontrar «algún tipo de base legal» para la congelación de activos, «pero a pesar de todos los engaños, el robo sigue siendo un robo y no quedará impune. «
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, había anunciado el día anterior: «Rusia tiene que pagar». Y el presidente Biden había dicho: «Me complace mucho compartir que esta semana el G7 firmó un plan para finalizar y desbloquear 50 mil millones de dólares de las ganancias de esos activos [rusos] congelados, para poner ese dinero a trabajar para Ucrania, [en ] otro recordatorio a Putin de que no vamos a dar marcha atrás».
Putin también advirtió que si Occidente roba los activos soberanos de Rusia, entonces esto es una prueba de que «cualquiera» podría ser el siguiente. Respecto de este tema, escribí un artículo el pasado 18 de febrero titulado “EE.UU. podría darse un nuevo balazo en el píe que destruirá el dólar”, el cual vale la pena retomar para entender las implicaciones para el dólar estadounidense de esta medida avalada por el G7.
Siguiendo las palabras de Putin, Alexander Bespalov, copresidente de la organización pública Investment Russia, se refirió al plan del G7:
«La idea de conceder préstamos a Ucrania es intrínsecamente desesperada, porque sólo una persona muy alejada de la vida y de la realidad puede suponer que puede ganar un conflicto con Rusia. Ucrania ya está en una posición perdedora. Esto está claro para todos, y desde el punto de vista económico no habrá crecimiento ni capacidad para devolver los préstamos en las próximas décadas. Así que lo que vemos es otro intento de establecer alguna base económica formal para proporcionar dinero para las necesidades militares de Ucrania«, dijo a Izvestia.
En sus declaraciones ante diplomáticos, en un momento dado Putin afirmó que Moscú no inició la guerra. En cambio, «en Occidente se repite constantemente la tesis de que Rusia inició la guerra en el marco de una operación militar especial, que es el agresor», explicó.
Es evidente el escalamiento del conflicto y el entramado geopolítico y económico que está detrás de todo esto. Pero no sólo está sucediendo esto en el mundo, sino que hay otra serie de eventos que indican una nueva realidad mundial. En este sentido, quiero abordar el artículo de Michael Snyder publicado el 12 de junio en el blog The End of The American Dream y titulado “Nuestra ‘nueva normalidad’ apocalíptica: el mayor conflicto global desde la Segunda Guerra Mundial, el mayor número de desastres valorados en miles de millones de dólares y la mayor cantidad de personas hambrientas de la historia”.
El artículo comienza mencionando que nuestro mundo es testigo de acontecimientos apocalípticos con tanta frecuencia que muchos de nosotros estamos empezando a volvernos insensibles a todo ello. Hay grandes guerras en todo el mundo, los niños en África literalmente caen muertos de hambre a medida que la hambruna se propaga como reguero de pólvora; además de que “desastres de miles de millones de dólares” nos golpean con más frecuencia que nunca antes. Pero mientras estas tragedias no nos afecten directamente, a la mayoría de la gente no le importa demasiado. A medida que aumenta el nivel de sufrimiento en todo el mundo, parece como si los corazones se estuvieran enfriando al mismo tiempo.
Los acontecimientos traumáticos de los últimos años han dejado profundas cicatrices y hay muchos que prefieren ignorar las cosas apocalípticas que están sucediendo en el mundo porque para ellos, manejarlas emocionalmente es demasiado.
Según un nuevo estudio, el número de conflictos armados en 2023 fue el mayor que hemos visto en un solo año desde el final de la Segunda Guerra Mundial…
En 2023 se produjeron más conflictos armados en todo el mundo que en cualquier otro año desde el final de la Segunda Guerra Mundial, según un estudio noruego publicado el lunes.
El año pasado se produjeron 59 conflictos, de los cuales 28 ocurrieron en África, según el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO).
Realmente vivimos en una época de “guerras y rumores de guerras”.
Pero como no son nuestros hijos e hijas los que están siendo asesinados a tiros en los campos de exterminio del este de Ucrania, a la mayoría de nosotros en el mundo occidental no nos conmueve realmente todo el derramamiento de sangre.
Cada día se desperdician más vidas jóvenes en esa parte del mundo.
Pero si cree que las cosas están mal ahora, espere a que Israel y Hezbollah comiencen a lanzar miles de misiles de un lado a otro, China invada Taiwán y los rusos y la OTAN comiencen a golpearse directamente entre sí.
Mientras tanto, el hambre mundial sigue creciendo.
De hecho, se informa que el número de personas que se enfrentaron a una inseguridad alimentaria aguda el año pasado fue el mayor jamás registrado…
El número de personas amenazadas por el hambre en el mundo nunca ha sido tan elevado. En 2023, fueron 281 millones de personas en 59 países quienes se enfrentaron a una inseguridad alimentaria aguda, según el Informe global sobre crisis alimentarias 2024, publicado el miércoles 24 de abril por varias organizaciones internacionales (incluidas agencias de la ONU, la Unión Europea, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional). Esta cifra supera a la de 2022 (257 millones) y acumula cinco años de crecimiento respecto al año anterior.
“Este Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias es una lista de las fallas humanas”, advirtió el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, en el prefacio del análisis.
Hace una década, los líderes mundiales soñaron con un día en que se erradicara el hambre.
Hoy, ese sueño está completamente muerto.
En estos momentos, el hambre está aumentando en amplias zonas de todo el continente africano.
En Sudán, la gente literalmente come tierra y hojas sólo para poder llenar sus estómagos con algo…
Se está acabando el tiempo para evitar la hambruna en Sudán, advierte el Programa Mundial de Alimentos.
Veinticinco millones de personas en Sudán necesitan asistencia humanitaria, 18 millones enfrentan inseguridad alimentaria aguda y 5 millones de personas se encuentran en niveles de emergencia cercanos a la hambruna mientras la guerra civil del país ya supera el año de duración.
En medio de tantas otras crisis, la mayor crisis de hambre del mundo está atrayendo poca atención mundial. En el campo de refugiados de Al Lait, por ejemplo, la gente come tierra y hojas hervidas, sólo para tener algo en el estómago, informa Reuters. Otros comen pasto y cáscaras de maní, según el Programa Mundial de Alimentos.
Como no nos está sucediendo a nosotros, a la mayoría de nosotros realmente no nos importa.
Pero el hambre también está aumentando aquí.
Según una encuesta reciente, más de una cuarta parte de toda la población estadounidense se salta comidas debido a los altísimos precios de los alimentos. Mientras que en México, de acuerdo con los datos más recientes, el 6.4% de la población padece inseguridad alimentaria grave (IAG), este porcentaje representa 8.2 millones de personas y con estas cifras, todo el país es un foco rojo.
El hambre persiste en México pese a los avances en programas sociales y la recuperación del ingreso de las familias. A escala nacional se registró un total de 8.19 millones de personas en inseguridad alimentaria severa al corte del 2022.
Según cifras del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), sólo 10 estados concentran el 60% de los casos. El Estado de México concentra la mayor parte, seguido por Veracruz, Michoacán, Puebla, Tabasco, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Oaxaca y la Ciudad de México.
La inseguridad alimentaria severa es la expresión más grave de las dificultades para ingerir los nutrientes mínimos diarios. Estos obstáculos para hacer las comidas necesarias pueden ser de origen económico o de tiempo, por ello, se entiende que muchas de las personas en inseguridad alimentaria severa podrían estar en condición de hambre.
Sigo advirtiendo a mis lectores que esto es sólo el comienzo y espero que me tomen en serio.
También vivimos en una época en la que los grandes desastres naturales son cada vez más frecuentes.
El año pasado, nuestro mundo se vio afectado por más “desastres de miles de millones de dólares” que nunca antes…
El planeta se vio asediado por un récord de 63 mil millones de dólares (mmdd) en desastres climáticos en 2023, superando el récord anterior de 57 mmdd establecido en 2020, dijo la corredora de seguros Gallagher Re en su informe anual publicado el 17 de enero.
Lamentablemente, es posible que superemos esa cifra este año.
En lo que va de 2024, ya ha habido 11 “desastres de mil millones de dólares” sólo en Estados Unidos…
En el caso de México, los desastres naturales de los últimos 22 años, sin contar la reciente tragedia de Guerrero con el huracán Otis, le han costado a la economía mexicana alrededor de 582 mil millones de pesos; esto significa anualmente 26 mil 454 millones, de acuerdo con datos de la Asociación de Bancos de México (ABM).
Con el cambio climático esta cifra irá en ascenso, y lo que es peor es que en México, es que en marzo pasado, la Cámara de Diputados aprobó una reforma que establece que serán los estados y municipios los responsables de destinar recursos para la atención de desastres naturales. Morena y sus aliados aprobaron en lo general y en lo particular el dictamen que expide la Ley General de Protección Civil y Gestión del Riesgo de Desastres, para establecer las bases sobre las cuales la Federación, las entidades federativas, los municipios y, en su caso, las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, coordinarán sus acciones en la materia.
En Estados Unidos casi todos los días se ven cosas que nunca antes habían visto.
Por ejemplo, los cazadores de tormentas en el centro del país acaban de recuperar un trozo de granizo que era “aproximadamente del tamaño de una piña”…
Val y Amy Castor, veteranos cazadores de tormentas con la estación de televisión KWTV de Oklahoma City, descubrieron un trozo de granizo de más de 7 pulgadas (17.78 centímetros) de largo el domingo a lo largo de la carretera cerca de Vigo Park mientras perseguían un importante sistema de tormentas.
Val Castor dijo que la piedra era aproximadamente del tamaño de una piña.
«Ese es el granizo más grande que he visto en mi vida y he estado persiguiendo tormentas durante más de 30 años», dijo Castor.
Se supone que no debería haber granizo de ese tamaño.
Pero ésta es la “nueva normalidad” en la que las viejas reglas simplemente no se aplican.
Otras naciones también están siendo golpeadas por un desastre natural tras otro.
Brasil se ha visto particularmente afectado. Las inundaciones de pesadilla estuvieron en los titulares allí durante un tiempo, pero ahora los incendios forestales están ocupando un lugar central…
Después de que las inundaciones históricas recientemente cobraran 172 vidas en la costa de Brasil, el país ahora enfrenta una nueva crisis a medida que los incendios arrasan los humedales del Pantanal. Estos incendios se han multiplicado casi por diez en comparación con el mismo período del año pasado, preparando el escenario para una catástrofe potencial peor que los devastadores incendios de 2020. Dado que se esperan condiciones de sequía de severas a extremas, la situación se está volviendo cada vez más grave.
Los datos de la agencia brasileña de investigación espacial, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), revelan un asombroso aumento del 980% en los incendios en los humedales del Pantanal este año hasta el 5 de junio, en comparación con el mismo período en 2023.
Hablando de Brasil, éste se encuentra en medio de la peor pandemia de dengue que jamás se haya registrado en esa nación…
Brasil registró el mayor número de casos de dengue a nivel mundial en 2024, según nuevos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hay casi 6.3 millones de casos probables y 3 millones de confirmados en el país.
El país sudamericano contabiliza el 82% de los 7.6 millones de casos probables de dengue registrados en todo el mundo por la OMS este año. Lamentablemente, también representa el 77% de las 3,680 muertes a nivel mundial por el virus y el 82% de los 16,242 casos de dengue grave reportados.
Hasta ahora, en 2024 se ha producido el brote de dengue más grave jamás registrado en Brasil. Según el Ministerio de Salud, a finales de mayo el número de casos probables era 328% superior al registrado en el mismo período del año pasado, en el que ya se había registrado una cifra récord de diagnósticos de dengue.
Tantas pestilencias están causando problemas importantes en todo el mundo en este momento.
En la República Democrática del Congo, el número de casos de viruela del mono ha alcanzado un récord histórico, y es la forma de la enfermedad que tiene una tasa de mortalidad particularmente alta…
El actual brote de viruela del mono en la República Democrática del Congo ya se ha cobrado muchas víctimas: la RDC informa de “múltiples brotes provinciales” que ocurrieron entre principios de 2023 y el 14 de abril de 2024, con un total estimado de 19,919 casos y 975 muertes, lo que significa que alrededor de 1 de cada 20 pacientes ha fallecido.
Este brote es quizás también el más extendido: “Durante 2023 y 2024, se notificaron casos de viruela del mono en 25 de 26 provincias y, por primera vez, en la ciudad capital de Kinshasa”, señaló el equipo de los CDC.
Los niños son especialmente vulnerables: según el informe, “dos tercios (67%) de los casos sospechosos y más de tres cuartas partes (78%) de las muertes sospechosas se han producido en personas de 15 años [o menos]”.
Si alguna vez contraes esta forma de viruela, la recordarás por el resto de tu vida, incluso si sobrevives, porque será el peor dolor que jamás hayas experimentado.
Para colmo, se informa que los científicos han descubierto “virus gigantes” en las enormes capas de hielo que cubren Groenlandia…
La idea de un virus gigante acechando sobre una vasta capa de hielo podría parecer la trama del último éxito de taquilla de ciencia ficción.
Pero se ha convertido en una realidad después de que los investigadores descubrieran virus gigantes mientras exploraban la capa de hielo de Groenlandia.
Esperemos que ninguno de esos “virus gigantes” represente una amenaza importante para la humanidad.
Pero sin duda habrá más pandemias globales en nuestro futuro.
De hecho, todas las tendencias que se analizan en este artículo seguirán intensificándose.
Nuestra apocalíptica “nueva normalidad” ya está aquí.
Vivimos en un mundo que se está volviendo total y absolutamente loco, si te hace sentir mejor puedes intentar ignorarlo, pero es la verdad.
Son tiempos de mucha incertidumbre y necesitamos estar informados.
Alejandro Gómez Tamez*
Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com
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