Los castillos de optimismo construidos por los analistas en la torre de marfil sufrieron un duro revés la semana que concluye. Los datos de inflación y de crecimiento del PIB no resultaron ser como sus modelos predictivos anticipaban. A continuación, explico lo que sucedió con ambos temas
Inflación
El pasado jueves 23 de mayo, el INEGI informó que en la primera quincena de mayo de 2024, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) disminuyó 0.21% respecto a la quincena inmediata anterior, pero no obstante este resultado, la inflación general anual aumentó a 4.78%, su nivel más alto desde la segunda quincena de enero de este año y lejos del 4.25% registrado en la segunda quincena de octubre de 2023.
Este aumento de precios de 4.78% anual es producto de que la inflación subyacente se ubicó en 4.31%, mientras que la no subyacente fue de 6.27%. La inflación subyacente mide la evolución de los precios quitando del índice los componentes más volátiles como los precios de los bienes agropecuarios y los energéticos. De esta manera, la subyacente tiene dos componentes principales, la inflación de precios de mercancías, que fue de 3.55%, mientras que la de servicios ascendió a 5.23%.
Muchos piensan que los proveedores de servicios están abusando con los aumentos de precios, pero no es así. Sucede que si analizamos el periodo de tiempo de la primera quincena de mayo de 2020 a la misma quincena de mayo de 2024, las mercancías han subido de precio en 30.6%, mientras que los servicios lo han hecho en 19.4%.
Queda claro pues el enorme rezago en alza de precios que tienen los servicios, y de hecho podríamos decir que “gracias” a las complicaciones que vivieron los proveedores de servicios durante la pandemia, éstos no pudieron subir precios, lo que ayudó a tener una inflación más baja de 2020 a 2023, pero ahora que se ha regresado a la normalidad de la actividad, los proveedores de servicios necesitan incrementar precios para restablecer los precios relativos respecto de los proveedores de mercancías.
Respecto a la inflación no subyacente, que fue de 6.27% anual en la primera quincena de mayo, ésta tiene también dos componentes: la de productos agropecuarios, que tuvo un alza de precios anual de 8.75% y la de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, que registró una inflación de 4.08%.
En este punto destaca el alza de precios de los productos agropecuarios, donde me parece que las presiones inflacionarias van a seguir fuertes derivadas de la sequía en México y en buena parte del mundo. Además, algunos conflictos geopolíticos mantendrán estresadas ciertas cadenas de suministro de estos productos.
Dado lo anterior, nuevamente menciono que pensar que tendremos una inflación en torno al 4.21% al cierre de 2024, como lo establece la más reciente Encuesta Citibanamex de Expectativas, simplemente no sucederá. Cabe señalar que los analistas de la torre de marfil iniciaron el año previendo que la inflación en 2024 sería de 4.00% (encuesta publicada el 21 de enero), pero fieles a su costumbre han ido ajustando al alza su pronóstico optimista de arranque de año conforme se van dando cuenta de que existen elementos estructurales que mantienen rígida la inflación.
Tasas de interés
Cabe destacar que en la Encuesta Citibanamex de Expectativas más reciente, la del 21 de mayo, un total de 26 de 35 encuestados mencionaron que esperan que en junio el Banco de México realice un nuevo ajuste a la baja en la tasa de interés objetivo en un cuarto de punto porcentual. Después del dato inflacionario de la primera quincena de mayo, y que no va a bajar la inflación pronto, pues esta enorme mayoría de analistas probablemente se van a equivocar en su pronóstico y tendrán que salir a explicarle a sus clientes porque no sucedió lo que dijeron que iba a pasar.
O el caso alternativo y muy peligroso, es que el Banxico verdaderamente sorprenda con una baja de tasa de interés en el actual contexto de alza inflacionaria, lo que de suceder, pondría en entredicho su autonomía y provocaría sospechas de un trabajo en favor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que necesita urgentemente disminuir el costo financiero de la deuda del sector público federal, que este año llegará a los 18 billones de pesos. Hay indicios de que esto puede suceder, ya que en la más reciente minuta de la decisión de política monetaria de la Junta de Gobierno del Banxico, correspondiente al 9 de mayo, se menciona que hay tres miembros que ven condiciones para recortar nuevamente la tasa de referencia (del actual 11.00% a 10.75%), mientras que dos rechazan esta posibilidad.
Nuevamente, aprovecho este espacio para compartirles la actualización de las tasas de interés implícitas que calculamos en GAEAP de acuerdo con los resultados de la subasta de Cetes del martes 21 de mayo. Para mi este cálculo es un mejor indicador de lo que sucederá con las tasas de interés, ya que no es lo mismo opinar en una “encuesta queda bien”, que invertir miles de millones de pesos en los bonos de gobierno a los diferentes plazos.
Habiendo dicho lo anterior, tenemos que la tasa de interés implícita anualizada que calculamos en GAEAP para los Cetes a 28 días está en un nivel de 11.07% para dentro de 91 días, está en 11.16% para dentro de 175 días y de 10.74% para dentro de dos años. Esto implica que el mercado anticipa que el rendimiento de los Cetes a plazo de 28 días estará en un nivel 16 centésimas de punto porcentual más alto que el de ahora dentro de 6 meses y que esté en un nivel 42 centésimas de punto porcentual más bajo dentro de dos años. Esto significa que el mercado no ve la baja en las tasas de interés. ¿Por qué? Pues porque no hay indicios de que la inflación tenga tendencia a descender, sino por el contrario va para arriba como lo muestran las estadísticas de INEGI.
Algo similar pasa en Estados Unidos donde ya hay un debate respecto de la posibilidad de que el Banco de la Reserva Federal (FED) suba la tasa de interés, dada la persistencia de su inflación. Es decir, allá hay voces que hablan de alzas en las tasas no de disminuirlas, aunque la decisión es bastante más complicada que aquí.
Producto Interno Bruto (PIB)
En cuanto al PIB, debo comenzar mencionando que hay tres medidas de su evolución trimestral, mismas que mencioné en un posteo en X haciendo alusión a las tasas de crecimiento observadas en el primer trimestre de 2024:
Es por esta razón por la que podemos ver a los periódicos cabeceando la nota de diferente manera. Alguno dirá: “Crece economía mexicana un marginal 0.3%”, mientras que otro puede escribir: “Economía mexicana crece un moderado 1.9%”. En lo personal, prefiero analizar los datos del PIB con la comparación anual con cifras originales, pero es cuestión de gustos de cada quien el determinar con qué cifra se siente más cómodo trabajando. Más allá del tratamiento estadístico de los datos, la economía real ahí está, por eso me gustan las cifras originales.
La realidad es que cómo se le quiera ver, efectivamente hay una desaceleración en el ritmo de crecimiento del PIB, tal y como se muestra en la siguiente gráfica que subí a mi cuenta de X y que elaboré utilizando cifras originales:
El crecimiento del PIB de 1.6% con cifras originales fue producto aumentos anuales de 0.6% en las actividades primarias, de 0.9% en las secundarias y de 2.1% en las terciarias, tal y como se puede ver en el siguiente post:
En cuanto a las actividades secundarias, destaca que a tasa anual el PIB de la Minería cayó -2.69%, el de la Construcción creció 10.69%, mientras que el de las Manufacturas cayó -1.03%. Por su parte, con relación al PIB de las actividades terciarias, destaca que el del Comercio al por mayor creció 4.02%, mientras que el del Comercio al por menor subió 1.65%.
Sea como sea, y como ya lo he mencionado en pasadas entregas, mi predicción es que el PIB de todo 2024 crecerá entre 2.5% y 3.0%, lo cual se debe a diversos factores:
El gigantesco déficit fiscal equivalente a 5.9% del PIB o unos 2 billones de pesos
El mercado interno sigue fuerte. Si bien el ritmo de generación de empleos registrados en el IMSS ha bajado a tan sólo 553,911 entre abril de 2023 y el mismo mes de 2024, hay más de un millón de personas que cada año entran al mercado laboral.
La economía de Estados Unidos podría crecer este año en torno al 2.0% a 2.5%, lo que sin duda ayudará a mejorar el desempeño exportador mexicano. En este aspecto, también ayudarán el conflicto comercial de Estados Unidos con China, así como el ajuste al alza en el tipo de cambio.
A manera de conclusión, podemos mencionar que el gran problema de México es autoinfligido y es el inflacionario. Este problema mantiene elevadas las tasas de interés y genera todo tipo de costos para personas, empresas y gobiernos. Vienen tiempos difíciles por el problema fiscal que tenemos con un déficit de las finanzas públicas enorme y que no será disminuido de forma sencilla para el 2025, como lo quiere hacer creer la SHCP en los Pre-Criterios 2025. No se trata solamente de que ya no se gastará en las macro obras de la actual administración federal. Hay un problema serio con las pensiones y una serie de promesas de campaña que hemos estado escuchando y que de llevarse a cabo le costarán miles de millones de pesos adicionales de gasto público. Ha habido mucha irresponsabilidad en este sentido.
Vienen tiempos complicados, necesitamos estar informados.
Alejandro Gómez Tamez*
Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com
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